Wednesday, May 17, 2006

GALLERY/GALERIA/PAINTINGS/PINTURAS

Monday, May 15, 2006

EL BALANCE
DEL SEÑOR MORTIMEER
(El extraño y conmovedor discurso de un evangelista de la anarco-utopía)

El teatro estaba lleno. Era el discurso más esperado y concurrido de todo el año. Gentes de todas las condiciones, profesionales y estudiantes, se mezclaban en una abigarrada multitud. Las sillas no habían alcanzado y los pasillos se encontraban atiborrados. Entonces el conferencista; el Profesor Morthimeer Basualto, comenzó su discurso. Un discurso extraño al que no estaban acostumbrados la mayoría de sus seguidores. Los grandes burócratas de las empresas, los gerentes de las multinacionales destinados a la nueva colonia, los académicos representantes de los gremios oficiales, Los mayordomos de los salones de té, los generales que le idolatraban por esa semántica directa, sencilla y contundente, las secretarias enamoradas de su voz de barítono delgado. Nadie sabia de su crisis de fe y nadie tenía por que saberlo. Nadie sabía de su borrachera y nadie había compartido jamás una copa de licor, en compañía de la estrella de las conferencias en Batraxia. Con el tiempo, ese, su último discurso antes de ser silenciado y neutralizado por representantes del establecimiento, se convirtió en el más extraño y recordado de todos.

El señor Mortimeer había comenzado su conferencia a la 7:30 P.M. con esa puntualidad que siempre le había caracterizado. Tomó un vaso de agua de la jarra y lo apuró hasta la mitad. Agitó la cabeza. Se levantó y fue -NO con ese paso decidido, saludable y atlético que le era inherente–, SI NO con movimientos vacilantes y algo torpes hasta el atril. Organizó el micrófono a su altura y saludando sin mucha pompa como era de costumbre, entró de lleno a saco:


“El caso es que estamos aquí...Retomando el año, los que pasamos la prueba, nos podemos dar por bien servidos. Después de los apocalípticos decenios que precedieron a estas efemérides....Y después de haber soportado e infligido castigos memorables. Después de auto-flagelarnos con la elegante y exquisita dedicación de Herr Von Sacher Masocht. Después de haber propinado las palizas pertinentes y haber recibido en carne propia nuestro merecido por canallas. Después de haber tenido el cuero lacerado por las heridas que nos propinó la rueda sucia de la mala fortuna. Es hora de hacer una pausa.....Debo decirles las siguientes cosas por mandato de la congregación mundial sobre el abuso de estupefacientes con sede en Geneve. Ustedes los abusadores, los que se meten desde una colilla sucia, hasta una línea de alta tensión...

(Hubo cuchicheos, rostros de asombro, uno que otro general se removía incomodo en su silla)

“…Deben estar orgullosos de su salud, la OMS. Los ha elegido para hacer experimentos en un laboratorio de Geneve. Probando todo tipo de sustancias especialmente alucinógenas y altamente evolucionadas. Incluyendo los derivados fundamentales de algunas plantas que fueron clonadas en el Catatúmbo y el Putumayo, por los nuevos patentadores de la naturaleza. Ustedes que solo meten en sus organismos alcoholes destilados –y hay que decirlo, mal destilados–;es decir dipsómanos incontinentes, alcohólicos anónimos y enmascarados, bebedores sociales y socialistas...Anarquistas cocteleros y gamberros, burócratas-canaleros-capitalistas, bebedores de absenta y chicha en elecciones, opiómanos celestes y silvestres; iconoclastas iluminados, Gorriones de los cócteles y las licoreras trascendentales en los museillos municipales; Esos que se toman los chorritos cada tres días, parecen conservados en alcohol y ostentan sobre sus rostros, la violácea tersura de anchoas sumergidas en el virginal aceite de la ibérica oliva...

A ustedes alcohólicos irredentos, visitadores de tabernas, tabernuchas, barras, barrillas, y antros de mala reputación; templos del vicio y de la perdición; jardines de Freud, donde crecen los lirios de la paranoia y flamean sus melenas las musas heroinómanas y las flores del fango; ollas de dipsómanos ilustres en donde la utopía se va de bacanal con la poesía...

les recomendaría, queridos enólogos de cócteles fungíferos, que construyesen sus propias cavas en donde se conserven los vinos salitrosos y agrestes de la tierra; guarden la ultima ración de Cavernet Sauvigñon....Por que se mandará a retirar del mercado, del pestilente mercadillo del alcohol, del fluctuante y caudaloso mercado negro del licor; todos los vinos, aguardientes y ginebras; los rones y los brandys; las absentas las chichas y las limona’s...Y de todos los mercados nocturnos de la infamia, Todo lo que huela a licor, así que pueden ir eligiendo a sus propios Al’ capones, Dillinguer, y O’ briens, por que lo que es de ahora en adelante, todo selladito con impuestos o nada –y ya saben ustedes queridos ciudadanos, que los impuestos que nos saben cobrar ELLOS, son bien altos–. De ahora en adelante, solo jugos y yogures de vacas Holstein-Oreginegras y de yeguas árabes y de yaks del Tíbet; por que hay que mejorar la raza degenerados, engrifados-endriagos-cuneiformes de las pequeñas provincias, que es donde más se bebe, por que la gente es más ociosa y está desempleada, y por lo tanto es más corrompida.

No más alcohol. Lo dice la santa hermandad contra la droga liquida con sede en Brademburgo. Punto aparte.
Continúo..., ustedes “bareteros”, adictos a la deliciosa costumbre, de inundar con perfumadas nubes de inciensos indianos los pulmones; de llevar a las arterias nubes de cáñamo indico en generosas proporciones, y a los que les gusta la nueva modalidad del aceite inyectado. La veno-punción de tetrahidrocanabinol, si,... si, a esos radicales militantes de la secta de los ashashins persas, hijos predilectos del viejo de la montaña sagrada, va mi discurso.

(Algunos silbidos, y uno que otro vaso plastico voló certero, sobre el conferensista quien continuaba impertérrito)

Y que decir de los otros fraccionarios de la vertiente y la corriente boliviana, a los hinchas del manbeo, a los de la torcida del Mararacuára. a los de la fofóra del mascado del caballo de nieve. A esos con paseitos a los andes. A los que les gusta mecatiar por la nariz. Esos entregados a las licenciosas costumbres de las blancas líneas de nazca adobadas con ganya. La bareta, la miona, La torcida, la burujuana, la grifa, la camella, la verde torta, La turrona, la mangoviche, la punto rojo, la más torcida que un tobogán; a ustedes románticos y queridos jardineros de las plantas evolucionadas. Como decía el señor Cela: –“no paguéis demasiado, que en el futuro esa será una hierba estanca y pagará impuestos y será prescrita con receta medica”–. Tendrían que empezar a colocarse con otro tipo de vegetales, como eucalipto, o los puerros destilados, zanahoria verdes, o tomates rociados con detergente; Maracuyá pasada por aceite para frenos, o yuca del Casanare abonada con Paracuat y Glifosato de la Monsanto. Por que ha llegado la hora de la verdad.....Quedarán prohibidas (según la organización mundial de las plantas del sueño, con sede en Brademburgo) todas las sustancias de soplar, de meter o de inyectar– incluyendo la vieja modalidad de los supositorios, por supuesto–. Si es que queremos llegar algún día a ver seres honestos y saludables y no a los esperpentos a los que nos tiene acostumbrada nuestra raza. Es decir a nuestro crisol de razas… O Mejor dicho, a esa “mescolanza de hideputas que llamamos raza” como lo dijo en su borrachera del “Páramo” Luís Carlos González. –Poeta y dipsómano ilustre, que después de diseñar la ruana, a partir de la capa del viejo hidalgo, descansa en paz–.Y es que no nos digamos mentira, más deporte, y menos química; más ajedrez y menos televisión; menos teleguevelas venezolanas...., (que se queden con la península de la Guajira y con el golfo de Coquivacoa, la republica bolivariana las requiere para el bien y la soberanía de América) pero que los bembones dueños de las cadenas de T.V. dejen de meternos culebrones en la caja boba. ¡Paisamaras–hatayamas.!
Eso si políticos. Politiqueros, tinterillos del catastro, senadores e ilustres diputados que optan a los cuerpos colegiados (que no a los cuerpos de las colegialas). Padres de la patria, tíos de la estafa, padrinos del chanchullo, proto-cónsules del engaño, hermanastros de la violencia...., menos robo. ¡¡Menos cleptomanía, mitocleptómanos!! dejen de meter mano a las arcas del pueblo. Más escuelas, hospitales, bibliotecas. Más canchas de fútbol y coliseos y palacios de deportes y piscinas gratuitas para el pueblo. Menos clubes de arterioscleróticos Aristócratas, menos museillos para lúdicos geniecillos importados desde las capitales de la infamia. Menos MaMis, Manbis, menos PaPis, para que nos descresten los iluminados del avant garde artístico de Berlín, París o Nueva York....Piensen en el mañana a lo mejor una escuela llevará sus nombres y un niño de genio esclarecido se educará en ella. O a lo mejor, una plaza, o una calle ostentarán una placa con las prendas nobiliarias de vuestros progenitores. Pero menos morcilla y menos putas, cerdillos de la cosa nostra, –perdón de la cosa pública–, mas berraquera, más pueblo, más ideas. ¡¡¡Menos chantaje y serrucho, que eso cansa como la dieta de don Perucho!!.

(Los políticos se pararon y abandonaron la sala de conferencias con aire de ofuscación. Detrás de ellos iban los militares, –por que un militar no se rasca una gueva, si a un político no le pica el culo–. Luego se movieron de coordenada los burócratas, –rémoras adosadas siempre a las barcas de la infamia–. Fueron rechiflados con escarnio por los que aguantaban el chaparrón.) Maesse Morthimer hizo una pausa, levantó sus ojillos por encima de de sus antiparras. Esbozó una sonrisa pequeña, apretada y recta. Continuó:


“… El pueblo no es el árbol caído al que le van a caer. El pueblo no es el cuerpo glorioso que aguantara el mal de los cien años, y que conste que soldado avisado no lo pillan cagando. Y por último muchachos y muchachas: Que no les engañen, que no les metan gato por liebre. Educación y deporte, cultura y sol abierto, que los bosques siempre sean los aliados de los jóvenes, que no les cambien el aire puro por esmog pesado, y la dignidad de un espacio habitacional por miseria de covachas y tragedia. A ver, a ondear la melenas, que canten los que puedan, que hagan resonar sus guitarras eléctricas las bandas de rock an roll, y que griten los poetas, que se levanten los pintores, que tiemblen las tablas de los teatros... ¡¡Que centelleen los bites de los video-artistas, Hay que pintar un mundo diferente!!. Aquí hace tiempo, hace muchísimo tiempo nos vienen diciendo que la utopía ya murió. Que la utopía se fue a otra parte, que ya no hay esperanza, que esos fueron sueños de locos y de mártires silenciados.....La utopía es ahora, desde aquí, y desde donde sea, Nuestro paraíso esta por ganar Que no nos engañen, que no nos quiten el lápiz de las manos, Que no nos quiten los sueños de los ojos, ni las tierras de nuestros ancestros....¡¡Que esta es nuestra tierra y si se tiene que volver a honrar Para el pan digno, Para la cara limpia, Pues habrá que honrarla de nuevo pésele a quien le pese!!. Y Uds. Señores Y señoras de la estatal burocracia con pedestales de mármol... Y los señores de la militar cofradía, con charreteras de bronce… No dejen que instrumentos de guerra florezcan en las manos de los jóvenes...De nuestros jóvenes. No dejen que sus espíritus se vayan a deformar por un aire de odio, como horda de mongoles.

¿Algunos de Uds. recuerdan la metáfora de Roma y los bárbaros narrada por Kavafis? Pues, en este caso y para este caso, los jóvenes son los bárbaros...Y vienen tocados de árboles y cerbatanas luminosas, de espadas del trueno y de la lluvia...
Abran las avenidas, los graneros
Abran las despensas. Abran las academias a los hambrientos de saber matemática y poesía. La historia se puede repetir....No es bueno respirar con una espada O lo que es peor (y en este caso cambiemos de acero y utilicemos un arma tropical,) con un machete "Tres Cornetas", atravesado en el gaznate. ¡Dejémonos de pendejadas pues!. Que la poesía ilumine el espiritu del hombre, que la política sirva para algo. Mucho trabajo, justicia, conciencia y estudio, y... ¡¡Arreglemos esta vaina carajo!!
Del libro en imprenta
"INSTALACIONES Y OTROS ARTEFACTOS NON SANCTOS"
PEQUEÑO SUEÑO-PESADILLA DE BURÓCRATA

Pequeño sueño de burócrata
con lluvia torrencial que moja la testa y el sombrero
que se repliega sobre doblez de periódico amarillo
que gotea sobre la taza de tinto hirviendo
que deja charcos abiertos con trazos de nubes grises y azules.
Pequeño sueño de burócrata,
con libro mal leído de Wittgenstein en cazadora,
buscando a su enemigo imaginario lejos,
y su enemigo verdadero tan cerca del segundo piso;
el señor feudal que le marca el paso y le da un sello,
un memorando; una señal que le despierta.
Pequeño sueño de burócrata recortando con tijeras algún clasificado
mirando una cartelera de cine negro,
acicalando su cabeza mongólica moruna
Y sonrisa de algonquina morsa.
Pequeño sueño rojo,
con mancha de verde esputo en la camisa tricolor,
barro en su zapato y un grito de crió bajo la papada.
Pequeño burócrata trazando pequeñas guerras,
minúsculas confrontaciones,
elucubrando por lo bajo estrategias indoloras,
para acometer su embestida, su estocada.
Pequeño burócrata sintiéndose tan grande, tan aurático,
atrapado entre dos paredes, cuatro cubículos,
sin un nombre, pero con un número,
sin poder despegarse de su hembra, su mula y su arreo.
Sintiéndose brillante en medio de tanto gris y tanto oscuro,
sin poder respirar siquiera por su herida.
Pequeño burócrata saqueando líneas de Internet,
tecleando con furia sobre las cuartillas virtuales,
y su enemigo grande bailando ebrio de oporto y ajenjo,
lejos,
su gran enemigo navegando al centro de la risa.

Pequeño burócrata desperdiciando su último verano,
en medio de una rencilla perdida.
Desafiando a su gigante,
su ángel exterminador
que le azota, le fustiga, le asombra desde la estratosfera,
desde una cuartilla blanca en el exilio; como un mago cruel,
su enemigo le acecha y le dice que suelte su próxima carta, que le espera.
Pequeño burócrata rubicundo saboreando un granizado,
un helado de manzanilla y sintiendo algo que vibra
ruido de cristales. Catedral de pueblo después del temblor,
buscando las palabra detrás de los metales pesados,
detrás de la dioptrías de la envidia.
Pequeño burócrata cebado, cerdo celeste,
becerro nubio, cancerbero del ministerio de cultura.
Pequeño sueño-pesadilla de burócrata, trastabillando,
arponeando tiburones verdes en las aguas del estanque de sus sueños.
Pequeño burócrata enternecido con las sombras chinescas, haciendo malabares entre las piernas de los adolescentes de celuloide,
mascando palomitas de bencina y azúcar.
Pequeño burócrata con mancha de lodo en pantalón de textil chino.
Pequeño burócrata atestado de cápsulas para prevenir su gastritis.
Pequeño burócrata haciendo cola,
marcando relojes que se deslíen cada seis horas,
haciendo reverencias y genuflexiones por los pasillos,
cuchicheando por los corredores.
Pequeño sueño, pesado y triste de burócrata,
que tiene que salir a votar el domingo.
Que va a la feria democrática el lunes,
para mostrar su afecto, su cordura,
y refrendar su plato de lentejas.
Pequeño sueño-pesadilla de burócrata.
Somnoliento él, tan anodino, con su gran enemigo lejos
que abre una afilada navaja toledana
y le dice: ¡Suelte, juegue, que esto es una pequeña muestra!,
que la espera va para largo
y la vida no es tan corta como la gente piensa,
que le espera,
que tire su segunda carta, pues el juego apenas comienza.

Pequeño sueño de burócrata con lluvia torrencial del trópico
que moja la testa y el sombrero
con bolsi-libro, mal digerido,
mal estudiado, mal encuadernado de W. Benjamín en el trasero....

O.G.R.

Saturday, May 13, 2006

LAS MASCARAS DE LA CENSURA



CURADURIAS TERCERMUNDISTAS
Y LAS MASCARAS DE LA CENSURA


El término curador proviene del inglés -curatorship- y se refiere al Conservador o encargado del museo. En castellano curador o comisario es aquella persona que cuida algo. La ambigüedad etimológica del término lleva a que sea una profesión extraña para el común de la gente.

Que un curador en pleno siglo XXI ejerciera también de censor es algo que no esperábamos o al menos no intuíamos hace diez años atrás. La cosa se ha complicado desde que estos antiguos mayordomos han usurpado el poder y han desplazado a los críticos de arte. Hoy día parece ser cosa normal, sobre todo en países como Colombia en donde esta especie hace carrera a la sombra de una burocracia cada vez más parcializada políticamente. Ya se sabe desde algunos años hacia acá, que este tipo de especimenes: híbridos de filósofos-estetas-comunicadores-politiqueros y manipuladores, son los que se vienen imponiendo en algunos circuitos tercermundistas de las artes.

La sociedad atrasada con clases políticas corruptas y grandes desigualdades e injusticias sociales, ha querido encasillar a los artistas, domesticarlos, de ser posible neutralizarlos. El enfermero del psiquiátrico de las artes, el que aplica los sedantes al igual que la camisa de fuerza –cuando no la mordaza y el electroshock–, sobre los cuerpos extraños del art brut, (léase artistas no que encajan) es: el curador.

En los finales del XIX y albores del siglo pasado, los eslabones perdidos de esta ralea, fueron los que dejaron por fuera de los salones oficiales de las artes a los cubistas, a los impresionistas, y a los surrealistas; los que mantuvieron a raya a ciertos genios de espíritu libre como Gauguin y un Cezanne, más tarde a un Duchamp . Pero todavía no tenían el poder que han alcanzado en el presente, todavía el artista era el creador y con su obra se batía solo frente al mundo. Los curadores Eran una especie menor –por decirlo de algún modo–, que medraba a la sombra del talento, en complicidad con marchantes y dealers, Escritores mediocres y Baronesas ninfomaniácas.

Muchas décadas después llegaron los comisarios, que como lo designa su nombre, trataban de imponer orden dentro del convulsionado y polémico condado de las artes. Entre ellos, unos más liberales que otros, fueron tomando peso y ganado mucho dinero. A veces eran políticos mediocres de tercera fila, que de un momento a otro recibían como premio a su trabajo de partido en el poder, la prebenda de la custodia de un museo, de una galería oficial, y hasta un ministerio de la cultura.

Esta muy claro que existe una gran diferencia entre los curadores que irrumpieron en las décadas de los años 60, 70, 80, 90 en Europa, al estilo de Harald Szeemann el investigador y curador suizo quien impuso las corrientes del arte conceptual, y que colocó sobre la palestra nuevas manera de ver y contemplar el arte. Que decir de: Achile Bonito Oliva. Comisario en Módena.1982. Quien lideró las propuestas de la transvanguardia en donde por cierto se rescataron y reivindicaron varios pintores importantes tales como: Mimmo Paladino (1948), Francesco Clemente (1952), Enzo Cucchi (1950), Nicola de Maria (1954), Sandro Chia (1946). -Controversial y complejo, más tarde devino en una especie de genio perverso del bussines art-. O de: Jean Hubert Martin. 1989. “Los magos de la tierra”. París. Esta muestra inauguró la época de las grandes exposiciones multiculturales, que durante la década siguientes se plantearon como formas de debate y dialogo permanente entre las diversas culturas. Podemos mencionar tambien a: Dan Cameron 1994. “Cocido y crudo”. Madrid. Producida por el Centro de Arte Reina Sofía, esta muestra reunió obras de 54 artistas de 26 países, dentro de la misma línea de la anterior, pero con signos radicales más universales; y esto solo para contar unos cuantos y unas cuantas exposiciones antológicas que marcaron nuevos rumbos a las artes contemporáneas.

Estas curadurías buscaban dar expresión a nuevas corrientes y vanguardias estéticas, curadores-pensadores que escribieron libros y tratados de arte, confrontaron el gusto oficial y establecieron modelos contraculturales en los adocenados circuitos del momento, incluso llegaron a cuestionar los museos como únicos establecimientos en donde se podía presentar el arte. No se pueden comparar naturalmente, desde ningún punto de vista –comenzando por el económico– con lo que sucede en Colombia; pero lo que se quiere es llamar la atención sobre el espiritu rupturista y la función investigativa, critica y exploratoria de estos señores, abanderados en la producción y exhibición de nuevas propuestas contra corriente, contrastando con lo que vemos especialmente en nuestro país, Colombia.

Los nuestros, (curadores-censores) hábiles diletantes y culebreros -como se les dice muy acertadamente en nuestras regiones agrarias-, tratan de sentar cátedra apunta de señalamientos y censuras (Hasta el día de hoy no se conoce ninguno de los escritos, o tésis de las curadurías regionales para el ultimo salón nacional 2006. y muy pocas de los anteriores). El curador o los curadores –legión este caso– tratan de darle un barniz científico al menos científico de todos los discursos humanos: el arte (en sus alocuciones; por que sus escritos como lo dije anteriormente, brillan por su ausencia). Suavizar los mensajes y edulcolorarlos, darles un aire de filosofia light que no moleste sus patrocinadores es decir: El Estado y algunas multinacionales como la coca-cola company. Expertos en deslizar los discursos ásperos y filtrarlos hacia campos ideales de estética brumosa, en donde no existe la guerra ni el conflicto. Tamizar las expresiones duras a través del cedazo del lenguaje, exfoliar los árboles robustos y agrestes para tratar de convertirlos en coreografías vegetales de jardín, sin savia, sin fuerza, sin color. Dejando eso si, paso, solo a expresiones de algunas vedettes que se prestan a la charlatanería. Por ello, su cercanía con los agregados de ciertas instituciones culturales se les hace práctica obligada y el intercambio de prebendas con algunos manzanillos, oficio cultivado y refinado a medias, por la falta de tiempo e ilustración. Muchos de ellos (los curadores) redondean sus ingresos haciendo un lobby de altura para sus partenaires y protegidos, ante los estamentos oficiales y las embajadas; cuando no, escribiendo panegíricos para las vacas sagradas del templo y algunos de sus predilectos de alcoba.

Los curadores en Colombia lucen trajes demimonde para llamar la atención, buscan ser el centro de atención, del que han desplazado con miles de argumentos seudo-filosóficos a los verdaderos creadores. Esos llamativos trajes, dejan ver sus costuras y la tela brillante y barata de la que están hechos. Terminan bailando en el carnaval de las artes muy entrepiernados con los burócratas, las reinas de belleza y los generales.

Cuando uno de los artistas por ellos seleccionados, no marcha con sus criterios, cuando se sale del rebaño buscando fuentes frescas donde saciar su sed de expresión y cae en desgracia, cuando grita frente al aire enrarecido del tinglado de la farsa; tratan de silenciarlo argumentando todo tipo de subterfugios. Algunos dirán: –censuras ya no existen, menos en sociedades “democráticas”– como la nuestra. Y es precisamente en estas circunstancias en donde se hace necesario el papel del curador; especie de inquisidor culterano y con un barniz de estética pop que oculta, como el maquillaje de las prostitutas las cuarteaduras y cicatrices adquiridas por tanto intercambio y fornique cultural. En última instancia, el que se encarga de apartar del rebaño a las ovejas negras, (que no son precisamente alérgicas a la lana) y llevarlas al matadero, es el curador-censor.

No estoy afirmando que todos los procesos curatoriales tienen estas características, pero en nuestro país, esta tendencia se hace cada vez más evidente, en la mediad que el Ministerio de la Cultura se ha convertido en una especie de aparatich de la política del gobierno uribista, para desgracia de la sociedad y de los artistas honestos que esperan durante años una subvención que nunca llega. Desde ahora y con todo respeto les digo: ¡ilusos! no esperen nada si han tomado la senda de la independencia y la honestidad. Todo el presupuesto va dirigido a promover un tipo de actividades en donde: critica, control ciudadano y voces de protesta, parece ser eliminados del pensum. Como en todas las democracias aberradas y deformadas por las políticas autoritarias y los feudalismos retrógrados, las oficinas gubernamentales de la cultura se convierten en nidos de censura y mordaza, además de fuente de botín en donde se reparten las prebendas para los leales al régimen.
En épocas de campañas políticas –que en Colombia cosa rara, son todos los años– los funcionarios del establecimiento, desvían recursos importantes hacia esas actividades proselitistas y es por esto que su labor queda desvirtuada y puesta en duda. Ejercer de curador al servicio del establecimiento o pretender serlo en los albores del XXI en un país como Colombia en donde la cultura esta contaminada por la politiquería, significa secreta vocación para ejercer de inquisidor. Sin ella no se puede prosperar, ni participar de los circuitos convocados por el estado. Esto es algo que causa repugnancia a muchos sectores independientes de las artes, –los que no viven de las subvenciones–; pero que le va de maravillas a los que por educación y filiación cultural consideran natural este tipo de prácticas versallescas.

En los tiempos del imperio, el discurso autoritario ha perneado las conciencias de algunos intelectuales y al final han declinado para servir de policías mentales y estéticos al servicio del establecimiento. Como una cofradía del pensamiento “dique”, se unen, traban alianzas por debajo de escritorios y se confabulan pretendiendo en vano silenciar la corriente de las voces del descontento, el librepensamiento y bloquear el accionar de los artistas comprometidos con su oficio, con la sociedad y sus ideas. Ignoran que La libertad de expresión artística no puede ser silenciada a menos que su accionar de trapisonderos y correveydiles se aúne directamente con los cuerpos del señalamiento, la vigilancia y la represión en Batraxia (léase país donde se premia a los corruptos, los batracios y a los criminales). El artista en estas horas del día y en estas fechas calendario de la historia, solo tiene un compromiso; el compromiso con su libertad de expresión y su verdadera práctica artística frente a la sociedad. Si esta su verdad, y esta su libertad, es perseguida, mutilada, deformada y boicoteada por la secreta alianza entre curadores, politiqueros y burócratas, mejor. Ya lo decía Nietzsche en su “Arte de filosofar a Martillazos”: ¡Lo que no me aniquila, me fortalece!.

Eso le paso al colectivo “Griffos de NNeoNN”. En el año 2006. Pasaron la selección a un salón regional con la obra “70 %”, -obra que coloca en duda las estadísticas favorables al establecimiento-. Después de ser presentada en diferentes espacios culturales, fue censurada por una pequeña cofradía de filósofos, diletantes e intelectualoides que se hacen llamar: “Ágora Lep”. Camarilla de oportunistas improvisados que tratan de influir con su accionar en las actividades de las artes en la región del eje cafetero. Con su patente-logo de corso: “AGORA LEP” –un escudito diseñado con lapicero de tinta, por una adolescente nerviosa sobre un pupitre rayado– Este curioso capitulo dentro de las artes del Eje Cafetero colombiano, y que dirige el señor: Mauricio Vasquez, tiene mucho que ver con la labor de sirvientas floretineras que ejercen algunos amantes de las artes en nuestro eje. Síntoma claro de una decadencia crítica frente a la mesocracia que maneja todo a punta de dedo y mordaza. Que de Manizales viniese el colectivo de marras, no es nada nuevo. De esa ciudad han venido por igual iluminados anarquistas y librepensadores brillantes; excelentes artistas, y poetas de pluma certera (utilizando afortunadas expresiones del grecoquimbayismo); que amanerados sodomitas vestidos de levita y bastón en mano. Ciudad pacata, timorata y rezandera por antonomasia, Manizales constituye dentro del capitulo de las artes en el eje, el bastión de la clerecía y en ella ejercen no pocos de estos monaguillos que reparten incienso en genuflexa posición, buscando medallitas y cartoncitos de las feudalías y las bandas burocráticas, quienes a su vez ejercen derecho de pernada, sin protección y con violencia sadomasoquista, sobre estos colectivos.

Los cortesanos, recién egresados de universidades en donde lo único que aprendieron, pareciera ser, un afán de acomodo y adaptación rápida, buscando puesto; reptan sobre la estructura politiquera de la región, a punta de zalamerías y conventillos de mutuo elogio, se han venido erigiendo en nada menos que curadores y árbitros de las artes. En alianza con algunos mayordomos de museos como el señor Jairo Bochornoso Franco y el silencio cómplice de algunos “artistas” que prefieren no manchar sus chaquetas por temor a no salir en la foto del cóctel, estos “curadores-censores” han tratado, y tratarán de tomar posiciones criticas importantes, con vista al futuro de las expresiones artísticas en nuestra región.

No soy de los invoco regionalismos, –nunca me han gustado, si en alguna oportunidad los he mencionado, es para desacreditarlos y con humor negro devaluarlos–. Pero como he sido victima de ellos, por funcionarios que vienen a estas ciudades desde capitales en donde se han agitado las banderas de nuevos regionalismos y han logrado poner de moda en el ambiente esa cosa maluca de: "Es que tu eres de". Me he visto censurado y obstaculizado por provincianos de todas las layas y de todos los rastrojos genealógicos. No me queda más remedio que buscar sus raíces y señalar sus fuentes. En días pasados el mayordomo Bochornoso Franco envio al ministerio de la cultura un e-mailito-sartal-de-mentiras en donde decía entre otras cosas(como que el museo de arte Moderno de Pereira, había pagado los servicios de proyeccion de video, que Griffos de NNeoNN habia contratado para 70%).
-Tengo en mi poder el certificado de pago, con dinero que salio de nuestro bolsillo-. Me critica por inscribirme en el salón regional si no vivía en: x ciudad. Cosa que para tal efecto no era necesaria. Y así por el estilo.
Mientras individuos como estos, sigan manipulando las propuestas culturales de la region del eje cafetero, los artistas independientes seran boicoteados y censurados.

Muchos dirán y entonces ¿para qué participar en dichas actividades?
La respuesta que se me ocurre es sencilla; una respuesta de testarudo malatesta, de poeta oscuro y molesto, de anarquista fauve : para poder opinar, para poder expresar aun sin garantías, para romper las mordazas y las trabas a la libre expresión. El debate ha sido y será una forma de dinamizar las ideas en el campo de las artes. Estos debates y discusiones se han dado de los comienzos de los primeros salones europeos y americanos y se seguirán dando hasta que estos mismos, por la evolución o decadencia de las sociedades desaparezcan.
Como diría Laurie Anderson la talentosa poetisa, pintora y violinista norteamericana: en el futuro el arte será como el vudú, más una toma de conciencia del mundo que una manera particular de expresión. Pero mientras tanto… No callar ante las censuras veladas y directas es una forma de accionar artístico, una forma de situacionismo militante en la armada del hombre libre. En un mundo cultural como el nuestro en donde la política-guerra-censura parece tener la ultima palabra, solo queda el grito de los artistas independientes.
Omar García Ramírez

LOS NUEVOS CENSORES

Los Nuevos Censores


Son muy jóvenes.
Se podría decir que talentosos.
Tienen el alma puesta
sobre el tapete de la fama.
Con una ferocidad heredada de la ultima guerra,
luchan por la carroña que queda.
Aprendieron de sus viejos maestros
a pelear por las sillas vacías
de las florentinas casas poéticas.
Sus corbatas están ya dispuestas para las fotos.
Crean nuevas antologías
y se incluyen en ellas.

No nos preocupemos por los nuevos censores.
Aunque ya tienen su pequeño index
(y algunas piras arden,
azuzadas con el papel de sus periódicos)
y están pidiendo
puesto a codazos
en el patíbulo de la algarabía.

De los olvidados.
De los silenciados...,
será el futuro reino de la poesía.


O.G.R.
LOS UNICOS
QUE SE ATREVEN A GRITAR,
SON LOS POETAS

Los únicos que se atreven a gritar son los poetas;
famélicos, sin guardaespaldas
sin chalecos blindados, solos, con un terno raído con olor a naftalina.

Los únicos que se atreven a cantar son los poetas, hambrientos con un bocado de comida china en las comisuras y con aliento de tabaco barato.

Los únicos que se atreven a danzar son los poetas, expuestos, indefensos,
con una paloma-palabra-desplumada.
una cancion, un mantra, que los mantiene girando
sobre un punto de la aurora.

Los únicos que se atreven a estallar son los poetas,
Kamikazes de luz;
pañuelo blanco inmaculado que ciñe la frente destinada al sacrificio.

Los únicos que se atreven a alunizar son los poetas, astronautas ebrios,
dándose de bruces sobre el asteroide helado.
Los únicos que se atreven a
gritar bajo el cosmos son los poetas
arribando en la balsa de la medusa
a las playas estelares de la utopía.

Los únicos que se atreven a volar son los poetas,
desde las ventanas de los cubos de cristal y hielo
sobre la cuerda floja y en el centro de la arena;
sintiendo dagas-guillotinas sobre cuellos de cisnes negros.

Cuando no,
Chivos expiatorios.
Profetas secos como sarmientos
de la rama dura del desierto.

Bufones ácidos ante la corte del sátrapa,
sonrisa en los labios, las manos fuertes y las piernas rápidas.

No les pidan más oficio que este....
Hulmide oficio,
¡¡el más irreparable, puro y necesario de de todos!!.


O. G. R.


DISTRITO 22

(El coraje viene del estomago, todo lo demás es desesperación.)
Charles Bukowski

El hombre salió de su apartamento y al caminar unas cuantas manzanas, se dio cuenta que ya habían colocado las vallas. –“Se han demorado muy poco”– pensó y vio como los destellos luminosos de los grandes anuncios lanzaban sus eslóganes y consignas acompañados de dibujos animados. El había salido a comprar cigarrillos y un poco de licor para aliviar el asma y esa comezón abajo del estomago. Tenía la cara pálida de un poeta constipado, bajo una luna roja que parecía hervir con volcanes de mercurio. Se pasó la mano por los ojos y vio que los pocos transeúntes que cruzaban no se percataban de las grandes vallas luminosas con letreros de neón y dibujos animados, diseñados en programas de tercera dimensión, que habían inundado el distrito de la noche a la mañana. –“ Hace mucho tiempo que no salgo. Para todos los demás parecen ya parte del paisaje”– . Vio de nuevo los gigantescos avisos luminosos, de colores vivos, bites veloces, mallas sofisticadas, y renderes de nueva generación – Pensó, que ya todos tendrían, lo que habían pedido clamorosamente en las últimas elecciones municipales, y entro al supermarket. Arrojó tres botellas de vodka, dos de vino y una de whisky barato dentro de la cesta roja. Hizo la fila detrás de una polaca, que discutía con su hija pequeña; ella, sucia y gorda como una morsa de zoológico y la chiquilla reluciente, vistiendo ropas nuevas. La polaca se acicaló la cabellera rubia y el hombre vio la marca en la muñeca. Una marca iridiscente con el sello del distrito. –“La maldita marca”– el no había ido a la oficina de censo para el láser. No había tenido tiempo, siempre amanecía borracho o cansado de escribir por las noches.

Pagó con una moneda de cristal ambarino y selló la transacción con su dedo sobre una pantalla sucia de identificación dactilar. La cajera, una mujer gruesa de cara abotagada por el consumo de carne de cerdos transgeni-clónicos le dijo con un sonrisa:
–Hey Peter, ya te diste cuenta lo de las vallas,.. ya colocaron vallas en nuestro distrito –. Él respondió con una sonrisa seca, dejando ver las encías incoloras, debajo de las que se arracimaban una docena de dientes amarillos.

–¿Cómo va lo de tu nuevo libro? – Le preguntó de nuevo la mujer, buscando quizás la reacción amable de tiempos pasados, en donde ella fue la que mostró poco interés y un poco de grosería.
–Ya casi lo termino, muy pronto espero verlo editado, te traeré un ejemplar apenas pueda.
–¿También los podremos ver en ciberboock?
–No, de esa forma son muy costosos prefiero los antiguos, de papel reciclado..., creo que son baratos y no consumen baterías –. Le dijo sin dejar de mirar hacia la calle, necesitaba un trago de vodka, necesitaba un poco de aire, pero afuera estaban ya las jodidas vallas, que se estaban extendiendo por toda la ciudad. Ella le devolvió un tiquete al tiempo que le regalaba una sonrisa de babuina enternecida.

Salió y de su bolsa de hule negro sacó la botella de vodka y se dio un buen trago, un profundo lingotazo que le desencalambró; se paso la mano por la barbilla en donde una barba acerada y cruel le ensombrecía el rostro. “Habría que meterle mano a esa hembra –pensó– debe tener un buen par de tetas blancas, delicadas al tacto y generosas, con el cuello rosado y perfumado, si... –pensó mientras se daba otro buche tratando de quemar la sed– un buen par de tetas alemanas para una noche de estas”. Siguió caminado hacia el parque del distrito cercano y reconoció que siempre se amilanaba y perdía el envite. –“Ah con las mujeres, ahora era ella la que se mostraba simpática, mira como va la cosa”– Cuando estaba frente a ella perdía los arrestos y no la invitaba a comer una chuleta con papas y una botella de vino, no, siempre perdía los papeles, o era que siempre llegaba pensando en el maldito licor. El licor que le estaba calcinando las neuronas.

Caminó otras tres cuadras hacia el parque del centro del distrito 22. En el camino vio a la señora Mac Lukhan quien se apartó del camino con su perrita “Shalic”, french poodle blanca corte de pelo tipo Versalles. Las tiendas comenzaban a cerrar y el ya estaba cruzando la calle circular que señalaba el fin de su distrito. En el parque del otro barrio, justo en el limite del distrito, había una banda de muchachos que estaban consumiendo pretivitaminas, tenían un artilugio que se colocaban en el oído, y por allí se metían unas dos o tres gotas del estimulante psicodélico, manipulaban una grabadora en donde colocaban disquetes de una música inaudible, para los que no tuvieran sus kripsonics pegados con un par de nodos en las sienes.
–“Robot/punks” de mierda –. Escupió y encendió un cigarrillo “Camel” de filtro de carbón. Entonces se zampó otros dos tragos de vodka, el mundo se empezó a componer, de alguna manera se le agudizó la vista y entonces vio de nuevo la gran valla luminosa al fondo del parque, con los ojos de muñequito animado que le señalaba con un dedo y luego se reía, saltaba y se reía dentro de las coordenadas de la gran valla.
Luego entendió las letras y la consigna.
–Hay unos señores que no encajan dentro de las coordenadas –, pensó Peter. “¿Eres tu de mi distrito?”. Era la pregunta que aparecía en grandes caracteres luminosos que se encendían y se apagaban con regularidad, y luego aparecía otra pregunta “¿Tienes el sello de mi distrito?” Era esa la maldita señal y entonces sintió algo incomodo detrás de la oreja, como un hilillo de sudor que le bajaba produciéndole un dolor de riachuelo lento y frió. Se reacomodó dentro de la silla del parque. “No debía estar aquí, fuera de mi distrito sin el jodido sello, pero que mierda, siempre me ha gustado este parque....hacía meses que no venía a tomar una bocanada de aire fresco”

Los muchachos comenzaron a armar un poco de alboroto, uno de ellos tenía un moto Bik/Rotal y hacia algunos malabares sobre las sillas del parque, incluso se atrevió a dar un par de volteretas mortales en el aire, justo debajo de uno de los árboles plásticos que estaban cerca del banco y entonces aterrizó a unos pocos metro de él y le vio; vio su cara de alcohólico y vio su mirada delirante helada por el vodka y la sonrisa de imposible forma, rayada en el brillo del etil, un poco ladeada sobre la cara. Regreso con los otros. Andar lento de guerrero joven. Les dijo algo.

Uno de ellos le grito: “¡Borracho fuera de aquí!...”
“¡Tu no eres de nuestro Distrito, apestas borracho miserable!. ¡Lárgate!.”

Peter Klousovsky decidió esperar. En sus años mozos había estado en los cuerpos de la legión extranjera y había luchado por el imperio en dos guerras, tenía tres medallas de citronio que se oxidaban en algún lugar de la casa; esas tres medallas correspondían a tres cicatrices de guerrero viejo. El más grande de los cachorros juveniles se acercó, seguido de media docena de muchachos,
–Oye viejo estúpido... ¿No escuchas?, ¿eres sordo?, que te largues de aquí, tu no eres de nuestro distrito. A ver muestrame el sello, no tienes el maldito sello, no tienes el sello luminoso en tu muñeca –. Peter Klousovsky le vio de arriba abajo, era en verdad un mozalbete grande y estaba vestido dentro de una onda fabril, con gruesa bota negra y lucía con ganas de bronca. La cresta roja de iroquez imberbe brillaba con la luna.
–¡Es verdad, no tengo el sello en mi muñeca...., y no tengo ningún jodido sello en ninguna parte del culo!...– Se zampó otro trago grande que le lleno los riñones de un liquido caliente y se le evaporo en los pulmones, llenándolos con la fuerza de un pistón-máquina; la metrópolis se concentró en una sístole lenta y pesada. Siguió sentado a la espera.

Entonces, todo sucedió muy rápido, le tiraron de un manotazo su bolsa de hule negro al suelo y las botellas se quebraron. Le cayeron encima con con manoplas y brazaletes de púas. Se defendió como pudo y repartió puñetazos y patadas hasta que calló al suelo, pero aun en el suelo tenía las manos apretadas sobre el cuello de uno de ellos, al que había puesto de rodillas y apretó con una llave de judo hasta que la traquea del muchacho colapsó y sonó como una rama de árbol muerto. Este sonido le lleno de un delirio especial y comenzó a rugir como un león y surgir como de un lodazal, a incorporarse lentamente pero seguro, poniendo mucha atención a sus pantorrillas y correosas piernas, inundado de repente de una fuerza martillada en la batalla, recibiendo todo tipo de golpes sobre sus costillas y sobre su físico pero sin sentirlos ya; comenzó a romper huesos y romper caras, con movimientos rápidos que se desataban de una briosa capacidad física. A uno que estaba detrás agarrándolo por el cuello, se lo sacó con un giro violento por encima de la nuca y lo estrelló contra el cemento del parque. Cuando logró ver de nuevo la luz de la luna, grotesca y oscilante, estaba empapado en sangre. A su pies uno de aquellos mozalbetes con el cuello roto trataba de alcanzar aire, los otros chillaban y reptaban en retirada, uno más se alejaba renqueando con el tobillo desencajado. Klousovsky miro en la mochila. Solo crislates rotos y un cóctel cenagoso, ya no podría conseguir nada hasta mañana; y como huir si la ciudad a esta hora cerraba sus murallas. Se limpió con el dorso roto de la mano, la sangre de los ojos. Entonces echo a caminar a hacia su dormitorio cubosfera, mientras las vallas grandes luminosas, hipnóticas en sus pantallas de cristal liquido señalaban y gritaban en silencio la consigna del Consejo Superior: “Hay extraños que no tienen el sello de nuestro distrito. Denúncielos.” y el muñequito verde señalaba con el dedo electro-magnético danzaba y se reía. “Cuidemos de nuestro Distrito 22. Año de 2.020 de la Era Nueva”.

O. G. R.